Puede que a muchos os suene a alguno de los deliciosos
platos de nuestra gastronomía, pero el Hangeul o Hangul es el alfabeto coreano,
Cada bloque silábico hangul consiste de algunas de las 24 letras (jamo): 14
consonantes y 10 vocales. Curiosamente, este alfabeto tiene un origen relativamente
reciente: nació en 1443 de la mano de un rey.
Hasta entonces, los coreanos tomábamos prestados los
caracteres chinos, conocidos como Han, y les cambiaron la pronunciación. La
expansión del budismo coreano incrementó el empleo de estos caracteres para poder
escribir nuestro idioma. Hasta entonces, no había otra manera sino empleando
este sistema, llamado Hanum.
Esta especie de frustración llegó a Sejong el Grande, un cultísimo
soberano coreano que desarrollo la vida cultural y científica de su nación. El
rey era consciente de que sus siervos eran incapaces de expresar plenamente su
sentir. Así que trabajó en este sistema, que promulgó en 1446. No hay teorías
certeras que expliquen el origen de los caracteres, aunque la más reconocida (y
la que más nos gusta) es la que explica que el origen de las letras vocales representan
al sol, la tierra y al hombre, mientras que las consonantes representan
gráficamente a los órganos empleados al emitir el sonido.
Lo cierto es que, aunque os parezca que no, es un alfabeto
que se aprende de una manera muy sencilla, y los eruditos de la época lo
definían, despectivamente, como un “alfabeto de mujeres”. Sin embargo, gracias
a esta facilidad el analfabetismo está prácticamente erradicado de Corea y la Universidad
Oxford de Gran Bretaña asegura que es el mejor sistema de escritura en el
mundo. Que no es poco.
Las palabras escritas en Hangul están compuestas por
sílabas, y éstas a su vez en tres partes: un sonido inicial, un sonido medio y
por lo general un sonido final. Estos bloques silábicos los podemos escribir en
hrzontal, de izquierda a derecha, como verticalmente de arriba hacia abajo, las
columnas de derecha a izquierda.
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